VIAJE AL CENTRO DE LA MUTUA CON... Lidia García
Son ya 17 los años de experiencia que acumula Lidia García en Fraternidad-Muprespa, una enfermera y técnico de rayos de la dirección provincial de Barcelona, que desde su primera adolescencia tuvo claro a qué quería dedicarse, a raíz de un accidente doméstico.
Perteneciente a un colectivo fundamental para la sociedad, en esta entrevista hacemos con ella un recorrido por lo que significa dedicarse a la enfermería y las necesidades de su colectivo, así como su rutina vital dentro y fuera del trabajo, una vida que ella ha basada en dos pilares: su filosofía, “carpe diem”, vivir día a día sin realizar excesos, y cuidar a quien personifica lo que durante años fue su máximo deseo, su hijo de diez años, con el que comparte la afición por el fútbol y por el motociclismo.
Cuéntanos por favor en qué consiste tu día a día en el trabajo
Mi día a día probablemente se asemeje a la mayoría de compañeros enfermeros de Fraternidad-Muprespa. Tengo mi propia agenda con pacientes programados para curas, inyectables, cambio de inmovilizaciones con yesos o férulas, etc; además asumo el trabajo que generan y pautan los médicos de urgencias de cada nuevo trabajador que venga lesionado ese día y me ocupo de hacer radiografías a los pacientes.
El seguimiento telefónico de pacientes de baja por contingencia común y envío de burofaxes es otra de mis funciones, así como el envío de las respectivas autorizaciones vía mail a los centros concertados.
Además soy la responsable de la solicitud de material de farmacia y parafarmacia. Con respecto a la esterilización del material, me encargo junto a mis compañeras de llevarla a cabo cada vez que es necesario, al igual que sucede con la reposición de material de curas y medicación.
Y con respecto a las tareas administrativas, hago las que me indican después de las reuniones de incapacidad temporal, y tengo que programar y enviar documentación de intervenciones quirúrgicas, programación de controles de lipoatrofia, etc.
Como el nuestro es un centro grande, varias de las profesionales de enfermería coincidimos al mismo tiempo. La entrada al turno es escalonada, de ahí que no es necesario hacer un cambio de turno como tal, porque todas estamos al corriente de las necesidades del día.
¿Has percibido muchas diferencias en tu trabajo desde que empezaste tu relación con la Mutua?
Sí, principalmente, más incremento de tareas administrativas pero, personalmente, hasta la fecha, tengo la suerte de que mi carga en tareas asistenciales es superior a la administrativa. Sí me gustaría incidir en que la relación entre el personal sanitario del centro es muy buena y fluida, al igual que la organización y metodología de trabajo, gracias a lo cual el desempeño en la dirección provincial es óptimo.
Año tras año tu colectivo, el de enfermería, es uno de los más valorados en las encuestas de satisfacción del paciente, ¿a qué crees que se debe?
Personalmente esas buenas valoraciones por parte de los pacientes me parecen muy de agradecer, son una gran motivación para ejercer mi trabajo de la mejor manera posible.
Creo que en nuestra profesión es clave empatizar con el paciente, que normalmente se muestra muy cercano al personal de enfermería, nos comentan las inquietudes y dudas que les ocasiona su patología.
¿Crees que tu profesión está igual de valorada socialmente?
Por desgracia, yo creo que nuestra profesión no está valorada suficientemente por la sociedad, básicamente porque se desconocen las características de nuestra profesión. Culturalmente y por desconocimiento, mucha gente nos sigue viendo como ayudantes del médico, no como lo que somos: especialistas con capacidad para ayudar en la vigilancia y control de la salud, con entidad propia.
Cuando llegó la pandemia, socialmente sí hubo un reconocimiento a los profesionales de la salud, en los famosos aplausos de las ocho, como agradecimiento a la labor que realizábamos, pero parece que parte de la sociedad ya lo ha olvidado.
El lema de Fraternidad-Muprespa en este 2022 es “La Mutua que cuida de ti”, con lo que se pone el foco en los cuidados ofrecidos por la Mutua y que se han visto acrecentados a partir de marzo de 2020. Explícanos por favor cómo viviste esos primeros momentos tras la declaración de la pandemia, cómo se vivieron en tu centro de trabajo.
Sinceramente, antes de la declaración de la pandemia, cuando los medios de comunicación daban las noticias sobre el COVID-19, me resultaba algo muy lejano y difícil de creer lo que iba a desencadenarse a nivel mundial.
Una vez declarado el confinamiento total, en Fraternidad-Muprespa Barcelona se decidió establecer turnos para mantener el servicio médico abierto mientras que la mayoría de compañeros de los otros servicios comenzaron a teletrabajar en sus domicilios. Cuatro compañeros enfermeros hicimos rotaciones, íbamos tres días presencialmente y luego estábamos nueve días en casa, para evitar la exposición al contagio.
Personalmente fue duro por los cambios sociales que introdujo. En mi casa, mi marido empezó a teletrabajar y mi hijo, las clases online, algo impensable en nuestra cultura, tan sociable. Particularmente debo apuntar que fueron los niños quienes mejor se adaptaron a esta situación.
Yo agradecí los días qué iba a trabajar porque salía del “encierro” domiciliario, algo que me ayudó a vivir ese período inicial y más duro con más normalidad, aunque mis familiares tenían temor por si me contagiaba y sus consecuencias.
El sector de la enfermería cubre un amplísimo espectro de servicios, ofrece múltiples cuidados, y además también hay muchos profesionales especializados tanto en docencia como en gestión, es decir, áreas no asistenciales. ¿Crees que es necesaria, o al menos deseable, la especialización, al igual que la de los médicos?
Sí, y tanto que es necesaria, pero lamentablemente aún nos falta un largo camino para conseguir especialidades reconocidas, como en otras profesiones sanitarias.
¿Y crees que una de esas áreas de especialización debería ser la enfermería laboral?
Sí, porque en la actualidad se tiende a pensar que el personal de enfermería de las Mutuas hacemos reconocimientos médicos, algo que no se ajusta a la realidad porque esa es una función de las sociedades de prevención. En las Mutuas las enfermeras abarcamos muchas funciones, tanto las tareas asistenciales que he descrito antes como las preventivas, a través de cursos o charlas.
Tú misma has participado en jornadas para ofrecer cursillos de primeros auxilios a personal de empresas mutualistas. ¿Crees que la sociedad en general tiene la suficiente formación a este respecto, una formación básica pero que puede ayudar a salvar vidas?
En general, creo que la sociedad no tiene los conocimientos básicos sobre curas, ya no hablemos de acciones que puedan salvar vidas. Cada vez en las empresas se hace más hincapié en la formación básica de primeros auxilios a sus trabajadores, algo que confío, se retome tras el parón por la pandemia.
Y te hablo de la importancia de adquirir estos conocimientos en primera persona. Cuando tenía 12 o 13 años mi hermana pequeña se clavó una tijera en el glúteo. Al verla sangrando y con la tijera clavada a mi madre le dio una lipotimia, así que yo tuve que asistirlas a las dos, con los medios que tenía en casa. Cuando fuimos al médico para que vieran a mi hermana me dijeron que no estaba nada mal lo que había hecho con mis escasos medios y conocimientos. A esa edad, en ese momento, tuve claro que mi futuro sería dedicarme a la sanidad.
A nivel formativo, solo he participado en dos ocasiones en jornadas de cursos de Primeros Auxilios a personal de empresas mutualistas y, aunque es algo con lo que me pongo muy nerviosa, pasados dos o tres minutos de charla, me relajo y continúo sin problemas. La experiencia ha sido muy positiva, tanto para mí como para los oyentes, según me han transmitido.
¿Crees en las bondades de la digitalización para ciertas tareas del día a día, al igual que se está desarrollando en muchos casos la telemedicina o la telefisioterapia?
Sinceramente por nuestro trabajo y por las funciones que desempeñamos es complicado, quizás solo lo vería aconsejable en casos de divulgación de medidas de prevención y educación sanitaria porque es inviable realizar telemáticamente curas o colocar un yeso. Y creo que se perdería un poco de la relación humana y el contacto cercano con los pacientes, algo que nos caracteriza y que no me gustaría que desapareciera.
En este momento en que muchos estudiantes están decidiendo acerca de su futuro laboral ¿qué consejos le darías a alguien que se decante por estudiar enfermería?
Uf, es una pregunta complicada. La profesión de enfermería es muy vocacional, y tiene que gustarte el contacto con las personas, poder ayudarlas dentro de lo posible.
Quien empiece en esta profesión tiene que tener en cuenta que el perfil de enfermería exige flexibilidad, responsabilidad personal, capacidad de comunicación e influencia, trabajo en equipo, capacidad de relación y enfoque profesional, etc.
Si volvieras a tu etapa de estudiante ¿volverías a dedicarte a la enfermería?
Sí, yo siempre digo que aunque tengas momentos puntuales malos o con más carga de trabajo dentro de la jornada laboral, tengo la suerte de hacer un trabajo que me gusta, y desde muy joven tenía claro que quería estudiar para ser enfermera, algo que hoy, es una realidad.