Natalia Fdez. Laviada participa en una jornada del ISSGA sobre la gestión de la diversidad generacional

Participación

"De ‘Millenial’ a ‘Jubillennial’, gestión de la diversidad generacional" es el nombre de la jornada organizada por el Instituto de Seguridad y Salud Laboral de Galicia, ISSGA, con la finalidad de dar un enfoque inclusivo a la denominada generación ‘jubillennial’ y brindar herramientas para afrontar una jubilación positiva, implementando antes en las organizaciones la gestión de la diversidad generacional, el abordaje del envejecimiento activo y la integración de políticas preventivas y de RRHH vinculadas a cada edad.

Fraternidad-Muprespa estuvo presente ya que Natalia Fernández Laviada, subdirectora General de Prevención, Calidad y Comunicación de la Mutua, realizó la ponencia, poniendo el foco en que “el epicentro de toda política empresarial y de bienestar laboral esté en las personas”, clave a la que aludió como principal punto de partida.

Fernández Laviada comenzó destacando que “cuando una empresa tiene interiorizados conceptos como la diversidad, la inclusión y la equidad, estamos ante una empresa saludable donde se ejerce también un liderazgo saludable” explicó.

A continuación aportó algunos datos sobre edad y empleo: a 1 de enero de 2022 más de nueve millones de personas en España sobrepasaban la barrera de los 65 años, son un 19,09 % de toda la población. Trabajar después de los 63 años es infrecuente, y después de los 66, muy excepcional. El empleo de personas entre los 64 y los 68 años no llega al 8% mientras que uno de cada tres parados tiene más de 50 años.

En el ámbito laboral sería óptimo, afirmó, adoptar medidas para agilizar el aprendizaje continuo y la rotación, evitando así que se minusvalore a la persona trabajadora por su edad. También es necesario fomentar el aprendizaje en cualquier momento de la vida, flexibilizar los entornos laborales, crear espacios de intercambio, de modo que se instaure un modelo de fructífera intergeneracionalidad y promover el mentoring, tanto el clásico, en el que la persona más experimentada comparte sus conocimientos con aquella con un perfil junior, como el inverso, en el que es la persona más joven quien ayuda a formar a la de más edad en el ámbito tecnológico.

Una empresa demuestra que las personas son su principal valor” añadió Fernández Laviada “cuando crea cultura flexible, adaptable a personas y mercados, atrae y forma líderes que promueven la creatividad y la innovación, dispone de sistemas y procesos adecuados y cuida su imagen y reputación”.

A modo de conclusión destacó la importancia de “ver a la persona, no como una etiqueta con su origen, su condición sexual o, por supuesto, su edad. La ‘generación silver’ debe tener presencia en las instituciones, la empresa, los medios de comunicación… en la sociedad en general, Es un asunto estratégico en nuestro invierno demográfico, donde disminuye la fuerza laboral, aumenta la presión sanitaria y de pensiones en la Seguridad Social, y no hay relevo generacional para muchos puestos de trabajo mientras se practica el edadismo” aseveró.
 

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