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Los médicos también me dijeron que me iba a costar mucho volver a correr y hacer los depor- tes que practicaba antes del accidente, debido a las diferentes operaciones que había sufrido en las piernas. Yo quería tener una vida normal, no sentirme como un discapacitado, quería ha- c“erlomismoquehacíaantesdelaccidente.
He tenido que aprender a hacer de nuevo la mayor parte de las cosas, porque ahora las tengo que hacer de forma diferente a como las hacía an- tes de tener el accidente.
Por ejemplo, tenía todos los carnet de vehícu- los y al sufrir una discapacidad física me los intervinieron, hasta que demostrase que era capaz de superar las pruebas prácticas, me pusieron muchas trabas en todas las admi- nistraciones para el carnet de moto y camión.
Y tu reincorporación al trabajo, ¿cómo ha sido?
En mi trabajo yo desempeñaba una función de campo, era capataz o encargado de personal. Actualmente me he reciclado y con insisten- cia he aprendido nuevos trabajos, y ahora soy el responsable de planiicación y gestión ante los organismos públicos, algo que jamás hu- biese pensado que podía llegar a desempeñar.
Una anécdota, estando recién incorporado al trabajo ya con mi mano biónica, sucedió que un trabajador mayor me reclamaba que enelsobredesupagalefaltaban5€yque el mes anterior le había pasado lo mismo, yo fui a echarme la mano a la cartera para dar- le los 10 € que le faltaban y él me insistió en que contase el dinero, porque no estaba se- guro de haberlo contado bien. Cogí el dinero con la mano de la prótesis y con la izquierda lo conté y efectivamente faltaban 5 €, cuan- do fui a abrir la mano para devolverle el dinero y darle lo que le faltaba, cuál fue mi sorpresa que no podía abrir la prótesis, pensaba que se había averiado y después de unas pruebas, vi que lo que pasaba era que la prótesis se ha- bía quedado sin batería. Entonces intenté ex- plicarle lo que me había pasado y me dice, que me dejase de bromas y que le devolviese el dinero, él intentaba tirar del dinero, pero como estaba bien agarrado no podía soltarlo e iba
a romperlo, entonces tuve que ir a mi casa a cambiar la batería de la prótesis para poder abrirla y devolverle el dinero (risas).
Tu familia y amigos, ¿cómo sobrelleva tu situación?
Me considero una persona normal y hago casi las mismas cosas que las demás personas, exceptuando (risas) cuando mi mujer me dice que haga algo que no me interesa y le digo que no puedo y la respuesta de ella sin darse cuenta y de forma espontánea es “ni que es- tés manco” y más de una vez estando mi hija de 11 años delante, le contesta “mamá que es verdad, que es manco”.
Finalmente, ¿qué destacarías del trabajo de Fraternidad-Muprespa como Mutua? ¿Algo que aconsejar después de tu experiencia vital?
Lo primero que quiero hacer es dar las gracias a todos los profesionales de la Mutua que me han tratado con tanta profesionalidad y cariño, a la Comisión de Prestaciones Especiales por concederme la prótesis, que me ha facilitado mi día a día y poder incorporarme a mi trabajo. Además me gustaría decir que muchos de los aquí presentes sois empresarios o tenéis tra- bajadores a vuestro cargo, y quiero insistir en la importancia de la seguridad y la salud en el trabajo, porque un accidente sea del tipo que sea no tiene marcha atrás, por ejemplo en mi caso, la mano no me va a crecer.
En general siempre se mira el coste econó- mico que tiene la prevención en las empre- sas, porque se piensa que es malgastar el dinero para la seguridad y prevención de los trabajadores.
Un accidente laboral tiene muchas pérdidas económicas para todos, gastos médicos, ba- jas laborales... pero la mayor pérdida de todas, no es el dinero, sino la pérdida humana, que no tiene precio.
Es muy importante tener precaución, formación e información. Pienso que desde niños es cuan- do se debe de iniciar la concienciación de los riesgos y peligros que conllevan las actuaciones, y es cuando habría que empezar a formarse.
V Premios Escolástico Zaldívar
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