La Prevención de los Riesgos Laborales desde Roma hasta la España actual

1. EL CONCEPTO DE TRABAJO Y SU ENTORNO: DEFINICIÓN Y EVOLUCIÓN HISTÓRICA. 95 Como conclusión y en líneas generales, la filosofía liberal pretendía ensalzar la libertad en su más amplia expresión, asentándose sobre el principio, de que todas las personas tienen las mismas posibilidades de prosperar y de alcanzar el éxito de forma individual, concluyendo que dentro de un contexto de libertad absoluta, las que no lo consiguen es porque no se han esforzado lo suficiente o no han puesto el suficiente empeño. No obstante, en la práctica, el concepto de libertad quedaba reducido a las clases dominantes y a los dueños de los medios de producción, por lo que el resto, o quedaba fuera del sistema o su esfuerzo solamente tenía la consideración de mercancía, que podía ser utilizable o no en relación con la posibilidad de lograr unos objetivos, cuestionándose incluso la posibilidad de su existencia en función de su utilidad, por lo que ante esta visión, es evidente que aspectos tales como la prevención de los riesgos o la Salud de los Trabajadores, no tenían cabida en un concepto excluyente, que consideraba al trabajo como una mercancía más. Por tanto el planteamiento liberal basado en el principio de establecer, que cuanta mayor reglamentación por parte del Estado u organizaciones de carácter colectivo, menor libertad económica, se trasladó al ámbito de las relaciones laborales. Contra este extremismo y contra esa concepción económica del ― trabajo-mercancía ‖, se levantaron distintas voces y se establecieron diferentes posturas, que se hicieron patentes en diversas conferencias y congresos, sostenidas por distintos pensadores, sociólogos y políticos y desde diversos sectores muy diferentes como veremos más adelante. No obstante, esta forma de pensamiento liberal radical, fue afianzándose poco a poco a lo largo de los siglos XVIII y XIX y principios de siglo XX, y la falta absoluta de sensibilidad por las clases más desfavorecidas, en favor de las más dominantes, así como la defensa de los postulados de la libertad absoluta de unos pocos, a costa de la total ausencia del concepto de justicia social, unidas a la pérdida de perspectiva política y al alejamiento de la realidad colectiva que conllevaba, fueron el fulminante de los grandes movimientos revolucionarios obreros y de los cambios que se produjeron a lo largo de este tiempo. Hoy en día, desde importantes sectores, se mantienen muchos de estos postulados, si bien matizados y adaptados a los nuevos tiempos. No obstante, pese a la experiencia histórica, distintas corrientes de pensamiento, particularmente en periodos de crisis

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