La Prevención de los Riesgos Laborales desde Roma hasta la España actual

1. EL CONCEPTO DE TRABAJO Y SU ENTORNO: DEFINICIÓN Y EVOLUCIÓN HISTÓRICA. 88 Estas personas libres, que no pertenecían a la nobleza ni a la Iglesia y que tampoco eran siervos, defendían sus intereses de los terratenientes y de los grandes propietarios, agrupándose en ― gremios ‖ o corporaciones de trabajadores y artesanos, así como en agrupaciones de comerciantes (en algunos ámbitos denominadas ― guildas ‖). Poco a poco fueron creando, lo que llegó a constituirse como una nueva clase socioeconómica, basada en el trabajo de sus miembros que, a diferencia de las anteriores, establecía una jerarquía estricta, asentada en unos niveles de especialización muy marcados en cada oficio y por consiguiente en la cuantía de los salarios, es decir, a mayor especialización y maestría, mayor poder y mayor salario. Por otra parte, en las ciudades convivía además otro grupo de personas, sin una actividad definida, cuya ocupación diaria estaba centrada en la subsistencia por cualquier medio. A pesar de los impuestos y de las tasas que debían pagar, para realizar sus actividades, la burguesía fue consiguiendo alcanzar considerables niveles de riqueza y, por consiguiente, adquiriendo un papel cada vez más relevante. Fruto de ello, fue el establecimiento de un nuevo concepto de forma de vida, con unos niveles de independencia cada vez mayores de los sectores dominantes clásicos (la nobleza y la Iglesia), que fue consolidándose a lo largo de los siglos. Llegado el siglo XVI, con la reforma protestante, el trabajo tomó un nuevo significado como ―profesión‖, confiriéndole una visión ética, en contraposición a la que regía en el periodo anterior y diferenciándose del pensamiento de Santo Tomas, que sólo lo consideraba como una voluntad de Dios, con el mismo valor que comer o caminar, con lo que, desde su perspectiva, no podía contener en sí esa valoración ética. No obstante, las tesis luteranas justificaban teológicamente asimismo el vasallaje, siguiendo en este sentido un camino similar, aunque debe indicarse, que otras formas del pensamiento protestante, como los calvinistas, no compartían estos postulados. Ambos aspectos se mantuvieron vigentes, en mayor o menor medida, a lo largo del tiempo, hasta que comienza su declive a finales del siglo XVII con la ilustración y más adelante, bien avanzado el siglo XVIII, con el cambio de pensamiento que trajo consigo la Revolución Industrial, el capitalismo y los movimientos abolicionistas de la esclavitud.

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