La Prevención de los Riesgos Laborales desde Roma hasta la España actual

8. CONSIDERACIONES COMPLEMENTARIAS PREVENTIVO-LABORALES EN EL ENTORNO ESPAÑOL, DE CARÁCTER SECTORIAL 500 La mayor parte de las empresas, que se encuadran bajo esta denominación, tienen como principal característica la especialización, por lo que la idea generalista, que dio lugar a la especial atención preventiva de su inicio, poco o nada tiene que ver con el contexto, en el que se desarrollan hoy las actividades de las diferentes empresas. Esto ha motivado a su vez, que el marco normativo haya tenido que ir adaptándose, especialmente a raíz de la publicación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, que dejó a un lado la estructura normativa básica, dada por la anterior Ordenanza. A partir de la publicación de esta Ley, la línea seguida, tiene más que ver con unir a un tratamiento globalizado común, otro diverso y específico, parte del cual se deriva de normativas anteriores, plasmadas en distintas Normas, Reglamentos, Convenios, etc., de manera que pueda lograrse una mejor acomodación, a las particularidades de cada actividad o grupos de actividades, por lo que, como conclusión más evidente se extrae, que la ― Gestión Preventiva-Laboral ‖ en el Sector Industrial, requiere de una particular especialización, que se encuentre en sintonía con la actividad desarrollada por cada empresa, quedando todo ello patente en los contenidos, tanto de este punto y de algunos anteriores, como en otros que, por su especial interés, se recogerán más adelante en este capítulo, complementando el contenido del presente punto. 2. Sector agrario: Es sabido, que uno de los pilares más importantes, sobre los que tradicionalmente se apoyaba la economía española hasta el siglo XIX, era el sector agrario. No obstante, la llegada de la Revolución Industrial, no sólo produjo grandes cambios en las ciudades y en las zonas emergentes, donde fueron asentándose las fábricas, sino que estos nuevos aíres de cambio, también afectaron al campo de manera muy importante. Así, tanto la emigración en masa hacia zonas industriales, como la posterior reconversión de esta actividad, en cuanto a la implantación de nuevos conceptos y formas de trabajo se refiere, produjeron grandes desequilibrios en un sistema económico que, con enormes carencias y apoyado en un reparto de papeles definido y delimitado estrictamente, había mantenido una cierta estabilidad a lo largo de los siglos, basada en la permanencia de un estatus ancestral, del que hoy nadie discutiría su carácter injusto y anacrónico, pero

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