La Prevención de los Riesgos Laborales desde Roma hasta la España actual

8. CONSIDERACIONES COMPLEMENTARIAS PREVENTIVO-LABORALES EN EL ENTORNO ESPAÑOL, DE CARÁCTER SECTORIAL 494 1. Sector industrial: El industrial junto con el de la construcción y el de la minería, fueron los sectores sobre los que se plasmó, de manera más temprana, la preocupación por las consecuencias negativas, directas e indirectas, que la actividad laboral podía tener, para la Salud de los Trabajadores. Así, para conocer los orígenes de cualquier actuación, dirigida a prevenir los riesgos asociados a este sector en particular, debemos remontarnos a finales del siglo XVIII y principios del XIX, cuando se produjo al Revolución Industrial, a raíz de la cual, se fueron poniendo en evidencia unos niveles de siniestralidad, desconocidos hasta esa época, tanto por su número, como por sus especiales características. Esto motivó, que una gran parte de las iniciativas llevadas a cabo, sobre protección a los trabajadores, se centrasen en este sector, de manera que la consecuencia inmediata a lo largo de los años, ha sido la traducción directa en una normativa preventiva que, hasta épocas muy recientes, ha tenido a la industria como uno de sus principales objetivos, como puede extraerse, por ejemplo, del análisis de los contenidos de la Ordenanza General de Seguridad e Higiene en el Trabajo. Así, el sector industrial, como ha quedado recogido en capítulos anteriores, ha recibido por su particularidad y desde sus inicios, un tratamiento distinto, complementario o singular y en ocasiones excluyente, en lo que se refiere al campo Preventivo-Laboral y de previsión social, que es preciso conocer. No obstante, la evolución que ha sufrido este sector a lo largo de los años, ha sido enorme, tanto en lo que se refiere a su extensión, como a su diversidad. Para tener una idea de su amplitud debe tenerse en cuenta, que abarca al conjunto de actividades y procesos, que tienen como objetivo la transformación de las materias primas en productos elaborados, así como de otros bienes y mercancías, por lo que incluye actividades tales, como la siderurgia, la energética, las industrias mecánicas, la electrónica y la informática, la manufacturera, la química, las extractivas, las dedicadas al suministro de agua, saneamiento y gestión de residuos o la textil, así como las destinadas a la producción de bienes de consumo y bienes alimenticios, entre otras muchas, que precisan, para llevar a cabo sus objetivos, de un conjunto complejo de maquinaria y de equipos de trabajo, que son particulares y específicos para cada actividad, y por lo tanto merecedores de un análisis en profundidad, tanto en lo que se refiere a su diseño y a las protecciones que precisan, como a su localización y al entorno de trabajo. Unido a todo ello, se encuentran las

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