La Prevención de los Riesgos Laborales desde Roma hasta la España actual

2. ASPECTOS GENERALES SOBRE LA EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA PREVENCIÓN DE LOS RIESGOS LABORALES. 139 1.4. Aproximación a la evolución de los aspectos Preventivo-Laborales y de las condiciones de trabajo desde la Revolución Industrial. La necesidad de establecer métodos y procedimientos de trabajo, que contuvieran rasgos preventivos, no aparece hasta finales del siglo XVIII y principios del XIX con la Revolución Industrial, cuando se hicieron mucho más evidentes los aspectos negativos derivados del entorno laboral, dentro de un nuevo orden económico, en el que sólo se tenía en cuenta la producción en masa. La característica más importante de este nuevo periodo, es la aparición de la fuerza de vapor y la utilización de máquinas, buscando aumentar la velocidad en la que se realizaban los procesos industriales, con el único fin de incrementar la productividad y los beneficios, lo que provocó una transformación radical de los procesos de trabajo y de los ambientes en los que estos se desarrollaban. La consecuencia directa, fue un enorme incremento de los accidentes de trabajo y de enfermedades profesionales, apareciendo patologías derivadas del trabajo desconocidas hasta esa época, de manera que a finales del siglo XIX, casi la mitad de la población trabajadora no alcanzaba la edad de 40 años, con mayor repercusión en las personas más débiles físicamente, es decir en mujeres y niños, consecuencia directa de los nuevos agentes agresores, que se incorporaron al proceso productivo. En la sociedad preindustrial, eminentemente agraria y artesanal, una gran parte de los trabajadores realizaban sus tareas al aíre libre y en espacios amplios, siguiendo el horario marcado por el sol y con breves periodos de descanso para comer o almorzar. Por otra parte, los roles de cada miembro de la familia estaban claramente divididos, de manera que, mientras el hombre estaba dedicado, casi en exclusiva, al trabajo fuera del hogar, a la mujer le correspondía el cuidado de los hijos y las labores domésticas, sirviendo de ayuda en el campo en el tiempo que le quedaba disponible. Asimismo, los hijos iban aprendiendo los oficios, principalmente de los padres, ayudando en las tareas hasta que alcanzaban la independencia o formaban una nueva familia. Si bien esta relativa armonía tenía grandes deficiencias, la sociedad industrial y la emigración en masa hacia las ciudades desde el campo, rompe ese equilibrio de una manera drástica y tanto la mujer como los hijos pierden el papel que habían tenido hasta

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