¿Ves la diferencia? Pues no deberías

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Fraternidad-Muprespa

Las mujeres cobran menos que los hombres en todos los sectores de la economía, en todas las ocupaciones, e incluso en las mismas categorías y puestos de trabajo. Esta rotunda y preocupante afirmación no procede de una institución cualquiera, sino de la propia UE. Su Oficina Estadística, Eurostat, asegura que las mujeres perciben un salario un 15% inferior al de los hombres. Esto, en el conjunto de la UE, pero si tomamos la cifra de los países que pertenecen a la zona Euro, la diferencia salarial, a la baja, roza el 16%.

Por ello, y para continuar impulsado medidas para reducir la brecha salarial y concienciar sobre la igualdad retributiva, Fraternidad-Muprespa se alinea con las acciones de sensibilización vinculadas al 22 de febrero, Día de la Igualdad Salarial. Dichas acciones están impulsadas por el Instituto de las Mujeres, más concretamente desde el Servicio de Asesoramiento para Planes y Medidas de Igualdad en las Empresas, ya que las diferencias entre la remuneración de hombres y mujeres para los mismos trabajos son una de las evidencias de las desigualdades en el mercado laboral español.

Bajo los hashtags #Diferencia0 y #RompeLaBrecha las redes sociales se inundarán de mensajes en redes sociales destinados a evidenciar que estamos ante una injusticia agravada por el hecho de que es evidente lo que hay que hacer para corregirla.

Y es que en Fraternidad-Muprespa, su III Plan de Igualdad mantiene y renueva el compromiso de la Dirección de la Mutua de la igualdad de trato y oportunidades entre mujeres y hombres, más allá del cumplimiento de lo dispuesto en la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo.

La crisis económica que ha originado la pandemia del Covid-19 ha hecho más profunda la segregación de género en el mercado laboral. De Hecho, la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo (Eurofound), estimó que entre abril y septiembre del pasado año, la brecha de género en el empleo se incrementó en un 0,4%. Este dato implica un retroceso en los niveles de igualdad que se habían conseguido en las dos últimas décadas. La brecha en el empleo le costó a Europa sólo en el año 2018 una cifra que ronda los 320.000 millones de euros, lo que equivale a un 2,4% de su Producto Interior Bruto de ese año.

Para la OIT, la Organización Internacional del Trabajo, las conclusiones son similares: la crisis ha perjudicado más a las mujeres que a los hombres. Las estimaciones basadas en una muestra de 28 países europeos muestran que, sin subsidios, en el segundo trimestre del pasado año la pérdida salarial para las mujeres hubiera sido del 8,1 % frente al 5,4% para los hombres.

Las empresas deben ser, por tanto palancas de cambio de esta tendencia que relega a las mujeres en general, y a las trabajadoras en particular, a situaciones de desigualdad que afectan además a todos los niveles salariales y profesionales. El papel socializador y el compromiso de cada empresa es indispensable para conseguir uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por la Organización de Naciones Unidas en su Agenda 2030, concretamente el 5, “Igualdad de Género” y el 8, “Trabajo Decente y Crecimiento Económico”.

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