Las niñas que vuelan alto serán mujeres imparables
Autor: Fraternidad-Muprespa
Transcribimos esta breve tribuna realizada por Natalia Fernández Laviada, subdirectora de Prevención, Calidad y Comunicación de Fraternidad-Muprespa ha sido publicado en la revista 'yo jefa', con el título 'Las niñas que vuelan alto serán mujeres imparables', en el día Internacional de la Mujer y la niña celebrado el 11 de octubre.
La educación, la motivación, y la emoción pueden empujarnos de tal forma que nos conviertan en imparables. La neurociencia ha demostrado que una persona incluso puede recuperar ciertas funcionalidades ausentes o perdidas a través de las emociones, porque no todo va en el ADN. Sentir emociones positivas nos proporciona la fuerza para aprender y emprender, es el gran motor del crecimiento personal y profesional.
De pequeños y pequeñas, percibir las diferencias es algo difuso pero a medida que crecemos, los estereotipos van apareciendo y la diversidad se instala de una forma o de otra, en nuestras mentes.
Así, la revista americana Science publicó un estudio en el que sus autores L. Bian, S.J. Leslie y A. Cimpian, demostraron que las niñas asumen el estereotipo sobre sus capacidades intelectuales a los seis años y desde esa corta edad absorben ciertas cortapisas que les impiden creer que pueden llegar a las mismas metas que sus compañeros masculinos.
Aunque las niñas adelanten a los niños en matemáticas, ellos empiezan a percibirse mejores y las niñas evitan ciertas actividades por creer que son “de chicos”, comienzan a pensar que determinadas disciplinas son estudios difíciles, influyendo en la no elección de ciertas profesiones del presente y del futuro sobre todo, denominadas STEM (matemáticas, ciencia, tecnología o ingeniería).
La niña se hace mujer y esas diferenciaciones incorporadas a nuestras mentes desde la más tierna infancia se convierten en peores accesos profesionales, inferior desarrollo en la carrera, desigualdades salariales, infrarrepresentación en empresas e instituciones…
¿Qué hacer para no perder el 50% del talento por el camino? Coeducar a las niñas y niños en igualdad y en los verdaderos modelos a seguir (menos “instagramers” y más científicas), fomentando su desarrollo con independencia de su género, siendo todos conscientes de nuestros “propios inconscientes estereotipos”, que los tenemos.
Ahora, con un nuevo curso recién comenzado, en el DÍA DE LA NIÑA, quiero centrarme en las que son, en las que están siendo y en las que serán, porque es responsabilidad de todos dar respaldo real al crecimiento personal e intelectual de hermanas, madres, abuelas, compañeras de trabajo, amigas e hijas.
En Fraternidad-Muprespa tenemos incorporado, gracias a las horas dedicadas a la prevención, la importancia de trabajar con anticipación, antes de que algo pueda ser un problema… ACTUEMOS, porque con miedos y complejos somos absolutamente manipulables; con emoción y motivación, imparables.
Decía que la educación, la motivación, y la emoción pueden empujarnos de tal forma que nos conviertan en imparables, pero también convertirnos en sombras invisibles… mi más profundo sentir ante la situación que viven mujeres y niñas en Afganistán.