Movimientos repetitivos, soluciones.
Continuamos con las noticias con misma temática, dentro de la Semana Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, contribuyendo a la campaña:
perteneciente a la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo, EU-OSHA.
Hoy hablaremos de movimientos repetitivos, y daremos algunas ideas de buenas prácticas que podemos implantar para atajarlos. Lo primero es definir qué entendemos por movimiento repetitivo y cuáles son los factores que influyen:
Cuando hablamos de movimientos repetidos hacemos referencia a todas aquellas actividades de tipo repetitivo que implican la realización de esfuerzos o movimientos rápidos de pequeños grupos musculares, generalmente de las extremidades superiores, agravadas por el mantenimiento de posturas forzadas y una falta de recuperación muscular.
Factores que influyen en los movimientos repetitivos:
- Repetitividad, entendido como tal el número de veces que se repite la tarea o acción de forma similar.
- Frecuencia de movimientos, o acciones en un tiempo determinado, en la que influyen la repetición y la velocidad de los movimientos, junto con la duración del trabajo repetitivo.
- Fuerza requerida para hacer la acción, incluyéndose el tiempo en que se debe aplicar.
- Posturas adoptadas y movimientos realizados, distinguiendo la zona/s del cuerpo implicadas (mano, muñeca, codo, hombro, …).
- Periodo de recuperación y pausas de descanso necesarios para recuperarse de la tarea.
Adicionalmente a esos factores, existen otros que pueden influir, como pueden ser la planificación de la tarea, características de la persona, tipo de herramientas y medios auxiliares, humedad, frío, vibraciones…
Dónde podemos encontrar ejemplos, entre otros:
- Manejo continuo de herramientas manuales (destornilladores, llave inglesa, martillo…)
- Operar en dos zonas de trabajo distintas girando el tronco.
- Tareas que impliquen movimiento continuo de brazos (pintar, lijar, barrer, fregar…)
Pues bien y qué podemos hacer para minimizar sus consecuencias:
- Disminuyendo el número de repeticiones y frecuencia.
- Ampliando el tiempo de recuperación.
- Reduciendo la fuerza ejercida.
- Organización del trabajo para incluir pausas.
- Implantando herramientas ergonómicas que automaticen la tarea.
Traemos un ejemplo perteneciente a nuestra guía de buenas prácticas para la prevención de los trastornos musculoesqueléticos, elaborada en colaboración con Prevencontrol.
Movimientos repetitivos en el sector agrícola:
Los trabajos en el campo conllevan un gran abanico de TME debido al gran esfuerzo físico que sumado a la naturaleza repetitiva de muchas tareas y al mantenimiento de posturas corporales durante largo tiempo, supone un riesgo considerable de lesiones por movimientos repetitivos. Para evitar todo ello podemos implantar una batería de medidas que gráficamente pueden ser:
Para finalizar, lector, que llevas un rato sentado, wake up! wake up! wake up!!!, te proponemos un ejercicio de calentamiento, así demostramos que el movimiento se demuestra andando:
En Fraternidad-Muprespa esperamos que estas guías sean de interés para nuestros mutualistas, cumplan sus expectativas al predominar los casos prácticos y ayude a afianzar los conocimientos preventivos necesarios, así como la puesta en práctica de medidas preventivas que puedan trasladarse de forma eficaz al puesto de trabajo, garantizando así la seguridad, salud y bienestar de los trabajadores.